Maternal Health Visionary Spotlight: Dra. Linda Valencia, transformando atención maternal del hospital en Guatemala

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By: Staff, Maternal Health Task Force

En celebración del décimo aniversario de la Maternal Health Task Force, en el marco del Simposio de Salud Materna Global, concedemos 10 premios de Visionario de Salud Materna a profesionales que han tenido un impacto y han sido fuente de innovación, inspiración, liderazgo, y visión para el futuro en el campo de la salud materna. Esta serie de nuestro blog destaca el trabajo de estas personas visionarias de la salud materna. Haga clic aquí para una versión de esta publicación en inglés.

Visionaria de Salud Materna: Dra. Linda Valencia

Photo: Dr. Linda Valencia
Dra. Linda Valencia, Planned Parenthood Global, Guatemala

La Dra. Linda Valencia fue criada en el campo de Guatemala por una familia de puras mujeres fuertes quienes superaron la pobreza. La madre de Linda se graduó como abogada y Linda decidió seguir los pasos de su familia. Con una familia de puras mujeres, a Linda la ginecología le parecía una profesión perfecta. En una demostración temprana de su persistencia, Linda ganó una beca para estudiar medicina en la Universidad de San Carlos de Guatemala, trabajó duro, y completó su residencia en ginecología en un hospital público importante.

Tradicionalmente, la obstetricia y ginecología en Guatemala eran dominados por los hombres, pero Linda rápidamente subía a la parte superior de su clase, eventualmente llegando a ser la segunda Jefa de Residencia para ginecología en la historia del hospital. Su posición le abrió puertas y al mismo tiempo le dio una perspectiva más amplia del sistema de hospitales, llevándole a dos experiencias que cambiaron el curso de su vida y resultaron en su posición con Planned Parenthood Global.

Como parte de su nuevo trabajo, Linda participó en un curso de calidad clínica materna y neonatal ofrecido por la Universidad de Johns Hopkins. El curso abrió sus ojos, y ella empezó a ver la relación entre los resultados pésimos de la salud materna y el estatus de la salud de las mujeres en general en Guatemala. Este mismo año, Linda perdió una paciente, una madre de siete niños con un embarazo no deseado quien llegó al hospital con sepsis severa después de un aborto clandestino (actualmente el aborto en Guatemala es legal solamente para evitar riesgo a la vida de la mujer). Linda no entendía. Se preguntó- “¿cómo es que las mujeres pueden tomar estos riesgos tan terribles que las llevan a perder la vida?”

Con su típica tenacidad, Linda empezó a entender y actuar. Lo que descubrió en los primeros años de los 2000 era un sistema que situaba a Guatemala como el país con la mortalidad materna segunda más alta en Centroamérica (después de Nicaragua). Los hospitales no tenían suficientes proveedores para tratar a las mujeres que tenían complicaciones, y para colmo de males a menudo los hospitales eran inaccesibles para las mujeres rurales. Para muchas mujeres el viaje al hospital más cercano tomaría 3 o 4 horas. Como Linda describe:

“Si una mujer da a luz en casa y sufre un hemorragia o una placenta accreta, tienen que llevarle al hospital de pie, montada en un caballo o un burro, o cargada por la espalda del esposo. Obviamente llega al hospital muerta.”

Linda observaba que las mujeres pobres, rurales, e indígenas eran las personas que más sufrían por las complicaciones-sean las del parto o las de un aborto clandestino.

No hacer nada no era una opción para Linda. Ingresó al Ministerio de Salud Pública de Guatemala y trabajó ahí para implementar atención médica de salud sexual y reproductiva de una alta calidad en todos los 36 hospitales en el país, incluyendo un programa de atención pos-aborto. Para implementar este programa, Linda y sus colegas se enfrentaron a un sistema que solía tratar a las mujeres con complicaciones pos-aborto como criminales, y lo convirtieron en un sistema que trataba esas mujeres con dignidad.

Después de varios años trabajando para el Ministerio de Salud Pública, Linda tuvo la oportunidad de ingresar a Planned Parenthood Global en Guatemala. Ella quedó impresionada por la dedicación de Planned Parenthood para ayudar a mujeres a prevenir embarazos no deseados, acceder a abortos seguros, y tener atención pos-aborto de una alta calidad. Planned Parenthood Global tenía planeado expandir su trabajo en Guatemala y contrató a Linda como la primera doctora local colaborando con la organización en Guatemala. Linda empezó a establecer contactos con varias organizaciones sin fines de lucro, clínicas, y organizaciones de mujeres para expandir el acceso a la atención médica de salud sexual y reproductiva.

Linda entendía que para llegar a las mujeres más vulnerables-las mujeres indígenas, las mujeres rurales, y las mujeres que fueron impactadas por el conflicto armado en Guatemala- tenía que pensar creativamente y fuera de la clínica o el hospital. Por ello, comenzó a trabajar con comadronas (practicantes de medicina tradicional), ofreciéndoles capacitación en salud materna y apoyo. Fundó centros de salud en las comunidades más difíciles de alcanzar. Luchó por el retorno de la partería como un componente importante de atención médica materna, instalando un programa de partería en la Ciudad de Guatemala para entrenar a mujeres rurales para ser parteras en sus comunidades. El programa de partería actualmente lleva tres años y Linda tuvo el orgullo de ser la profesora de la primera clase.

El trabajo de Linda y de otros ha disminuido la mortalidad materna en Guatemala, pero el trabajo no ha terminado. La corrupción y la cultura del machismo son barreras difíciles para lograr atención médica de salud sexual y reproductiva de una alta calidad, explica Linda. La corrupción del gobierno desvía fondos del sistema de salud pública y crea obstáculos legislativos. Cuando le preguntamos a ella, qué es lo necesario para mejorar la tasa de mortalidad materna, Linda está clara:

“Tenemos que ser más agresivos; Guatemala necesita seguir combatiendo la corrupción; necesitamos seguir humanizando la atención médica para las mujeres; necesitamos seguir entrenando parteras; necesitamos seguir formando comadronas; necesitamos seguir educando a las mujeres y a las niñas acerca de la salud sexual y reproductiva.”

El mensaje final de Linda para el mundo es simple: No se olviden de Guatemala. No se olviden de las mujeres guatemaltecas. Todavía necesitan la atención y el apoyo del mundo para asegurar la salud de todas las mujeres y los niños de Guatemala.